21 de Agosto


Los tanques soviéticos entran en Praga.

Los cristales de Bohemia estallan entre los engranajes blindados cuando el Reloj Astronómico da la una de la madrugada. Los soldados prenden fuego al Monumento de Jan Huss y arrojan al Moldava a San Juan Nepomuceno, por no hacer mudanza en su costumbre. Las treinta estatuas del Puente han sido incendiadas y del Cementerio Judío las criaturas torturadas de Franz Kafka huyen entre las llamas. En la plaza de San Wenceslao la carne calcinada de Jan Palach se ha fosilizado en forma de cruz metálica en el suelo. Arde Praga, pero el cáliz de los utraquistas no brilla al otro lado del Telón de Acero: las flores de mayo se han agostado entre los apuntes y en las barricadas despobladas del verano habita el silencio moscovita de la gauche divine.


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