20 de Agosto


Asesinato de Trotsky

Hernán Cortés había encontrado la cabeza desordenada de León Trotsky en los osarios de Tenochtitlán, más de cien mil cráneos exhalaban vapores podridos de tequila y de tabasco: gran fandango y francachela de todas las calaveras; pero la enterró para luego. Méjico es una serpiente de fuego enroscada en el corazón de América, a través de desiertos y volcanes, el comandante deportado del Ejército Rojo circula en un tren blindado con los vagones pintados por Diego Rivera, como por una Siberia caliente. Hoz y piolet, verdugo para el verdugo: la osamenta eslava cede al golpe salvaje de Ramón Mercader, silencioso y preciso como el Sputnik. En lo alto de la pirámide, sobre la piedra del sacrificio, ahúyan los coyotes traicionados de Pancho Villa y al otro lado del mundo el ídolo se afila los dientes de acero para perplejidad de Moctezuma y sus cosmogonías.




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