27 de Agosto


Muerte de Zurbarán.

En el refectorio, el tiempo suspendido y perfumado de limones, la carne hecha ceniza sobre la vajilla limpia de Talavera. La cerámica repite la blancura estricta de los cartujos, idéntico silencio y soledad contemplativa, urdimbre iluminada de óleo y estameña. Un corderito huye con las rosas de Santa Isabel de Portugal en la boca por las salas del Museo del Prado hacia las encinas de Fuente de Cantos. Es el Día de la Resurrección de las Naturalezas Muertas y los niños de Murillo se quitan los piojos y comen melones por las calles de Sevilla. Ascético Zurbarán.




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