3 de Octubre

Tránsito de San Francisco de Asís.



El bosque se ha cerrado, han crecido el olvido y la maleza, un círculo ruinoso determina el espacio sagrado de los Ángeles. Abierto al aire el vientre de la piedra, despojada la cripta de sus flores, el recuerdo no encuentra lo que busca, pues la vida no puede contenerse en el cuenco sin fondo de una tierra amada. El fuego siempre fue bien acogido -acecha crepitando entre los árboles- que envuelta en humo ascienda la memoria de todo lo que fuimos al cielo protector que cobijaba nuestra risa de niños, nuestros juegos, cuando Él pastoreaba nuestras almas.


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