15 de Marzo

Hungría: Revolución y Guerra de Independencia

De la tundra ancestral y de la ciénaga, de los rojos pantanos y los bosques oscuros, a través de milenios y de estepas han llegado las tribus a Panonia con caballos de bronce y cornamentas de alce. Aquí, en la ancha llanura de la Hungría, donde una vez hubo un mar y luego un río, un Danubio de pueblos y fronteras, es altiva la tristeza de estos nómadas, de esta estirpe de rubia cabellera que articula los sonidos de la taiga, la música salvaje de los nacionalismos, en el corazón trágico de Europa. Al crepúsculo se baten orgullosas el Águila Imperial de los Habsburgo y el Águila Tirul de los magiares, cuando las luces románticas se apagan y se encienden las arañas temblorosas en los balnearios de la Belle Époque. ¡Levanta la cerviz, guerrera asiática, como chorros de lava tus ríos de paprika! Porque otras hordas siniestras te amenazan y están cruzando los Cárpatos y el Duna.

Bajo los escombros de palacios y avenidas, resuena la rapsodia del exilio, los tanques cual caballos de titanio, la metralla como cuernos de tungsteno y un ciervo blanco que galopa a América.



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