10 de Enero

Se inaugura la primera línea de metro.

Ojos de crisálida, velados, deportados al centro de la tierra, no miran, no ven la lágrima. Almas muertas descienden en serie por las escaleras mecánicas, un silencio atronador de vagones y raíles desborda los andenes de Plutón y la luz mortecina de los quirófanos reverbera en los palacios subterráneos del Zar: leer, leer en el subsuelo, aferrarse a las palabras como a un balón de oxígeno; leer, leer, con los ojos de topo entre las multitudes, mientras la humana lombriz va horadando los túneles; leer, aunque sólo sea la carta astral de las estaciones, la madeja de líneas coloreadas que conectan mundos paralelos y contienen tu tránsito en la urbe, el hilo enredado de tu vida, la esperanza de un camino a cielo abierto.


1 comentario: